18.4.07

Letraherido

No me gustan los "memes". Para aclararnos todos, son esos pequeños retos o encuestas que lanza el personal por la red con muy diferentes motivos, que van desde el conseguir direcciones de correo para futuros spam (los "memes" empezaron por correo) hasta el placer onanista de algunos y algunas. En ocasiones tienen su gracia, entiéndanme, sobre todo para alimentar un tanto a la cara voyeur que como bestias todos tenemos clavada bien dentro. Los leo a veces, y hasta sigo la cadena de respuestas cuando el "meme" en cuestión me resulta simpático. Pero, supongo que por mi timidez habitual, o a lo peor por aburrimiento, aunque los realice mentalmente me resisto a participar por aquello de no enseñar al mundo nada mío que no pueda verse en la cara "A", o sea, a simple vista, desde la capa de epidermis hacia fuera; además, según qué "meme" viene cargado por el diablo, no sé si me explico.
Será casualidad, pero hasta hoy el único otro "meme" en el que he participado activamente también surgió (o al menos es donde lo descubrí), en el blogg de Juanma Santiago. Aquel me pareció un ejercicio de autocontemplación interesante, y como alguna de mis respuestas me sorprendió pues di el ejercicio introspectivo como bueno. Éste, en cambio, aunque en su enunciado sea inocente como pocos, me ha descubierto algo que sospechaba pero que no había "visto" hasta que me he dado de bruces con la realidad, en forma de dieciséis libros agolpaditos todos encima de la mesa de café que usamos para casi todo menos para lo que fue pensada. El "meme" (aquí la fuente original) dice tal que esto:

"Es fácil: copiar el párrafo segundo de la página 139 del libro que estés leyendo en ese momento. Se presupone, pues, que te gusta leer y que tienes tiempo para ello."


Y claro, uno no está preparado para cosas así. Leer me gusta, y tiempo no es que tenga demasiado; pero al leer el "meme" me pregunté, ¿qué libro estoy leyendo en este momento? Se me ocurrieron, a bote pronto, unas diez respuestas. Cuando la pelota volvió a botar, ya eran unos veinte, así que dejé los botes a un lado y me replanteé la pregunta: "¿qué libro o libros estoy leyendo "activamente"? Porque muchos son los que tengo empezados y abandonados por aquello de que no han logrado atraparme, y otros cuantos los que sí lo consiguieron y aguardan su momento a que otros, aún más interesantes, les dejen hueco. Pero como siempre estoy leyendo algo, al menos podría seleccionar aquellos que en apariencia vaya a devorar hasta el final a corto plazo, ¿no?
Pues bien, la respuesta es dieciséis. Dieciséis libros a medio leer que tengo al alcance allá por donde paseo la vista, sobre los escalones que llevan al piso superior, en la mesita de noche y sobre la cómoda de la habitación, en los dos baños de arriba, sobre los altavoces traseros de la buhardilla (los delanteros están coronados por una pronunciada pendiente que los mantiene a salvo de libros), agolpados en la capa exterior de las diferentes librerías, en las mesitas de la salida de la casa, dentro de las dos o tres mochilas que turno a diario para ir a trabajar, en los bolsillos de atrás de los asientos delanteros del coche, dentro de la taquilla del Auditorio Nacional... Y los estoy leyendo todos. Los dieciséis.
Que me gusta leer es algo que ya sabía. Que lo hago de forma un tanto obsesiva, pues también; no me quejo, oigan: es un buen vicio. Tirando a carillo, pero bueno. Pero que soy un letraherido, uno de esos cuyas heridas no sanan nunca y que necesitan cada día más letras hasta para calmar la mala leche, pues miren, eso es algo que no sabía. No es sólo que me guste leer, es que me duele no hacerlo, cagontó, es que cuando no leo parezco una lámpara sin bombilla, que está ahí pero no sirve para nada más que para adornar; no rindo, no trabajo a gusto, no soy capaz de escribir, no soy un buen compañero en casa para mi mujer, ni un padre divertido para mi hija. No estoy enfermo: estoy herido.

Como dieciséis libros son muchos, y uno demasiado pocos, pues emulando al bueno de Juanma Santiago me he permitido una interpretación libre del "meme" y he seleccionado los cinco mejor armados, los que me apuntan con la pistola cargada a la cabeza a diario diciéndome "HOY, YO" y los que, en definitiva, voy a acabar más pronto. Además, puesto a llevar el reto más lejos y hacérselo más divertido a ustedes, no voy a decir a qué libros corresponden los siguientes párrafos extractados: si localiza o identifica alguno de ellos, pase por el libro de visitas y deje una nota. Dentro de una semana levantaré el telón. ¿Listos? Pues venga.

1: "Pasó una hora desde que dejara Ditchley Park. Sumido en mis pensamientos y preocupaciones, no había prestado mucha atención a la carretera. Aparte del nombre en código –"Campo Z"–, que había sido mecanografiado en mi nueva tarjeta de identidad válida para las próximas treinta y seis horas, no tenía la menor idea del sitio adonde me llevaban. Mirando la posición del Sol, estimé que viajábamos hacia el sur, en dirección a Londres."

2: (El segundo párrafo es sólo una frase, de modo que incluyo también el tercero) "Él pone cara de extrañeza. Por qué.
No son para los muertos, que son para mi padre. ¿Entiendes? El hambre de mi padre no es el de las ánimas. Es el hambre de un huido hambriento. ¿Entiendes o no?"

3: (Idem que en el caso anterior) "Y, por supuesto, conducía a gran velocidad.
La tercera vez que la llevó a casa, uno de los gastados neumáticos delanteros reventó cuando iba a cien kilómetros por hora. El coche dio un chirriante resbalón, y ella gritó, súbitamente segura de que iba a morir. Una imagen cruzó por su mente: su cuerpo quebrado y cubierto de sangre que había sido lanzado contra la base de un poste de teléfonos, la fotografía en un periódico mostraba sus restos y parecían un montón de trapos. Billy soltó una palabrota y llevó rápidamente el volante hacia uno y otro lado."

4: (Idem que en 2 y 3) "Monoceros: unicornio.
Volví a leer el anónimo que había encontrado en el buzón:
Atrocissimum est Monoceros."

5: "Segunda Parte"
(vale, como párrafo es una puta mierda, pero es todo lo que hay en la página; así que escribo a continuación el primero de la siguiente página, que es la 141)
"Supongo que tendría que ir incluyendo cabeceras a medida que voy contando la historia, ya sabéis, poner la fecha y empezar con "Querido diario, hoy...". Al parecer en la actualidad se ha puesto de moda escribir un diario, sobre todo en América. Lo llaman Blogging. Puedes apuntar lo que llevaste al baile de fin de curso, lo que fulanito dijo en la hamburguesería, etcétera. Todas esas tonterías las leerás en el futuro y te harán recordar los viejos tiempos con una estúpida sonrisa nostálgica en la cara y preguntarte entre débiles suspiros adónde fueron a parar aquellos maravillosos años."

Y eso es todo, amigos. Pasen, lean y jueguen. Y si se animan con él, adelante, letraheridos, escriban sus propios párrafos dos de la página 139; en sus bloggs, si los tienen, o aquí mismo, si les parece.