7.8.11

Chapamos por aburrimiento

Señoras, señores, vendedores chinos de aparatos electrónicos, de relojes y de pastillitas azules para la disfunción eréctil, este blog cierra persianas. Me he cansado de verlo ahí, aburrido, abandonado, esperando al día en que me diera por volver a él para revitalizarlo un poco. Pero ese día ya no va a llegar: mi vida es ahora otra cosa, una cosa mejor, y prefiero dedicar mi tiempo a escribir algo distinto a un cuaderno de bitácora. Así que cierro puertas, echo un par de sábanas blancas sobre los muebles para que no cojan polvo y me mudo a otro sitio.
A los pocos que me habéis leído durante estos años, pues muchas gracias; al principio necesitaba vuestras respuestas, saberme modestamente seguido aunque sólo fuera a través de este blog. Por momentos intenté ser ocurrente y me quedé en el camino; carecía de técnica, de las herramientas necesarias, del valor y de la naturalidad que te hurtan las grandes intenciones. Así pues, disculpas.
A mis amigos, si todavía estáis ahí, nos leeremos de otras formas o nos hablaremos en vivo y en directo. Casi mejor, ¿no? Lo que tenemos en común no necesitamos compartirlo con nosotros mismos en ningún blog, ¿no? Pues eso.
A las tres personas que me leen en la familia, hermana, novia y suegra, gracias por insistir.
Y a quienes me habéis enviado día a día esos innumerables spams infames tratando de venderme relojes rolex piratas, iros todos a la puta mierda. No os lo digo en chino para que me entendáis porque no hablo chino, ni mandarín ni cantonés ni nada de nada. Pero al peo con vosotros, pesados, jartibles. A dar la brasa a otro blog. Ahora ya no tendré que borrar día a día vuestras publicidades de tiendas webs donde comprar pastillas para trempar, coño.
Y eso sí es una liberación.