19.3.06

Dos libros

Aunque un título más adecuado para lo que siento sería algo como "Dos Libros que he Leído Últimamente y que me han Roto Todos los Esquemas", o, con menos pelos en la lengua, "Dos Libros que me han Jodido pero Bien".
Los libros en cuestión son la antología de cuentos de Ted Chiang "La Historia de Tu Vida" (Ed. Bibliópolis) y el último trabajo de Milan Kundera publicado en castellano "El Telón" (Ed. Tusquets, colección "Esenciales"), un ensayo en siete partes sobre el arte de la novela.
Poco tienen que ver el uno con el otro, tanto en el continente como en el contenido, en intenciones o hasta en el lector potencial para el que han sido escritos. El primero es una excelente antología compuesta por los ocho primeros relatos del señor Chiang que se viste con traje de ciencia ficción y fantasía para sacudir al lector con soluciones o nuevos enigmas dentro de las grandes preguntas de siempre. Todos los relatos son pequeñas piezas de relojería Suiza en cuanto a construcción, desarrollo de la trama, cuidado en la presentación de los planteamientos y, sobre todo, el modo en que se nos muestra el tema de cada uno de ellos, oculto siembre bajo ese traje cienciaficcionero del que les hablaba, y cómo el autor se preocupa por contarnos mucho más de lo que parece acerca de lo que a él le preocupa. Y sin resultar pesado, arcano, o pretencioso. Por ejemplo, en el relato que da título a la antología, se nos muestra el modo en que el contacto con una inteligencia extraterrestre podría llegar a afectar a la percepción humana de las cosas; desde el punto de vista de una lingüista que trata de establecer contacto con los extraños visitantes, de comprender un idioma incomprensible e inhumano, asistimos a un proceso de cambio profundo en la psique humana y comprendemos que un contacto tal conduciría al caos más profundo, entendiendo el "caos" no como algo maligno o terrible, sino como un alteración absoluta de lo que entendemos como natural. Pero más allá del argumento del relato, el autor nos muestra una pregunta típica de cuento cienciaficcionero, además de su respuesta, curiosamente opuesta a la que casi todos nosotros imaginaríamos: ¿qué ocurriría si, de algún modo (que no pienso desvelar aquí), pudiéramos conocer el futuro? El futuro más íntimo, más cercano, un futuro que va a ser tan descarnado como acostumbra, que nos va a traer el momento más amargo y duro de nuestra existencia: la muerte en la juventud de nuestra hija. ¿Qué ocurriría si, conociéndolo, nos pudiéramos evitar ese dolor? Chiang nos dice que el futuro no puede ser cambiado (no en el escenario construido para el relato); pero nos muestra que, además, no lo cambiaríamos en todo caso: nos presenta flashes de la vida de la protagonista con su hija; no gratos precisamente, sino naturales, repletos de asperezas y cotidianeidad. Nos lleva de la mano hasta el momento de conclusión, despertando opiniones contradictorias y obligándonos a ponernos en el lugar de la lingüista para, cuando ella decide continuar adelante con esa vida que la va a golpear de un modo tan terrible, lograr que el lector asienta y comprenda.
Kundera hace un ensayo acerca de la novela como arte, como género artístico independiente de otras formas de literatura; hace un recorrido en planeador por la historia de la novela, y nos habla también de la cultura universal, de cómo varía la percepción de los valores del arte dependiendo del país desde el que se observa y critica una determinada obra. De la hipocresía de las sociedades en el tratamiento de la cultura y el arte. Parece un ensayo escrito en un solo trazo, opiniones maduradas durante años de observación y meditación, pero vertidas en el libro sin mucho orden. Lo más interesante de todo, a mi juicio, es la idea de Kundera acerca de la naturaleza de la Novela, los porqués de su independencia de los otros géneros líterarios y de su necesidad como vehículo de contemplación y valoración de los valores humanos. Kundera nos dice que una novela es novela en tanto complete, o comprometa, la información de que disponemos sobre el ser humano, sus objetivos, sus necesidades, sus limitaciones y virtudes y defectos.
El libro de Kundera, leído en verano del año pasado por primera vez, me hizo cuestionarme como escritor. Nunca antes me había observado a mí mismo desde tanta distancia, y el veredicto no fue demasiado favorable: ¿qué he hecho, o pretendido hacer, con mi literatura? Entretener, por supuesto. Pero ¿es algo que no hayan hecho otros antes, andando el mismo sendero que transito yo, y mucho mejor que un servidor? ¿Pueden, finalmente, utilizarse géneros como la CiFi o la Fantasía para completar ese enorme e incomprensible mapa de la esencia del ser humano? Sí, es evidente que sí, porque nos lo han demostrado en demasiadas ocasiones grandes autores de género.
El señor Chiang, sin ir más lejos.
Teoría y práctica en dos libros. Lo que debe hacerse, y cómo puede hacerse. Cómo se ha hecho ya, en definitiva. Qué rabia. Qué envidia.
El libro de Ted Chiang no es perfecto; desde un punto de vista literario, el autor abusa de los adverbios (en especial de los acabados en -mente), su lenguaje no es demasiado elaborado y resulta áspero en muchas ocasiones. Puede escribirse mejor, sin duda; pero no puede "hacerse" mejor: antes de leer el libro de Chiang, escribí un relato en el que el protagonista conocía el futuro. Los resultados de mi relato, leído ahora con la suficiente perspectiva, contrastándolo con el de Chiang, lograron lo mismo que el texto de Kundera: me cuestioné a mí mismo como autor.
Y, por segunda vez en muy poco tiempo, el veredicto no fue demasiado favorable.