22.2.07

Una historia real de Fantasmas I

Viaje de Granada a Valencia; al volante, la mejor amiga de mi mujer, profesora del conservatorio de Granada en aquel entonces. El viaje se hace de noche, saliendo después de clase y cenando en el camino.
Ella está cansada; las clases a niños ajenos cansan como pocas cosas en este mundo. Música relajada en el radiocasete, el sol que se muere en una nube anaranjada, carretera limpia de tráfico. Pasan las horas.

De repente, se duerme. No se da cuenta, pero se ha dormido al volante; quizá está soñando con las clases, o con algo que ha dicho alguien o con algo que tiene que decirle a otro alguien, con su cama en Novelda o con la cena. Quién sabe; de todos modos está a punto de morir.

Y entonces, una mano la toca en el hombro, agitándoselo. Ella se despierta sobresaltada, mira hacia la carretera y justo delante suyo hay una curva cerrada. Frena, gira, y consigue estabilizar el coche.

No vuelve a dormirse. La mano había tocado su hombro... izquierdo.