21.12.06

¡Que lo he ganado!

Reproduzco el acta publicada anteayer:

"Acta del jurado del Premio de relato fantástico Domingo Santos 2006, El jurado, constituido por D. Carlos Quintana Francia, D. José Carlos Canalda, D. Angel Carralero, D. Juan Miguel Aguilera y actuando como secretario sin voto D. Alfonso Merelo, ha decido conceder el premio Domingo Santos 2006 a la obra titulada:

"Pasión gitana por sangre española", presentada bajo el seudónimo de Séneca.

Una vez comprobada la identidad del autor, este ha resultado ser D. Víctor Manuel Ánchel Estebas.

En Huelva a 19 de diciembre de 2006
Doy fe
Alfonso Merelo Solá"


Pues eso, que lo he ganado. Una gran sorpresa y el mejor regalo de Navidad que se me ocurre recibir en un momento de inactividad creativa manifiesta. Que sirva para que aprenda la lección y recupere el ánimo.

Por cierto, si conocen ustedes algún editor con huecos en sus antologías o revistas o lo que sea, recuérdenle que el relato ganador del "Domingo Santos 2006" aún es soltero y sin compromiso.

Mil gracias por las felicitaciones recibidas,

V.

12.12.06

El Pulso

En la última novela traducida al castellano de Stephen King, "CELL", una electrónica que se propaga por los auriculares de los teléfonos móviles y a la cual denominan "El Pulso" trastorna irremediablemente a un enorme porcentaje de seres humanos condenando a la humanidad a la autodestrucción cuando los afectados, convertidos en animales desprovistos de todo lo que nos mantiene a este lado de la barrera de la civilización y con los instintos que nos identifican como humanos sublimados (crueldad y capacidad de destrucción sobre todo), se transforman en turba sin inteligencia ni identidad individual atacando a la gente que no ha cambiado y dividiendo el mundo en dos.

Esta mañana veía mi mujer imágenes en los noticieros madrugadores del velatorio del General Pinochet, fallecido tras la larga agonía a la que nos ha sometido a todos, en las que una turba de seguidores deshumanizados y sin identidad individual, convertidos en un enjambre pero aún dotados de inteligencia, atacaban a periodistas extranjeros y gritaban proclamas loando al fallecido. Un fallecido que sumió al país en una época de oscurantismo, que se aprovechó de ello para enriquecerse terriblemente a costa de los chilenos, que envió a la tortura y a la muerte a unos desdichados cuya única culpa era pensar diferente, o siquiera eso. Un asesino con las manos limpias.

Lo que nos perturba en el libro de King no son las escenas escabrosas, no la sangre ni las muertes; es ver, comprender que toda esa ira está dentro de nosotros y que "El Pulso" tan sólo ha roto las cadenas que la sujetaban. Nos perturba, además, porque en el libro Ellos son muchos más que Nosotros.

Lo que a mí más me perturba de esta realidad nuestra es que todas esas personas que lloran la muerte del tirano no ya añorando un régimen dictatorial represor y asesino sino exudando ira y atacando a quienes piensan diferente, a quienes parecen pensar diferente, o sencillamente a quienes no son como Ellos, no han recibido el envite disparador de ningún "Pulso". Y es que, como bien dice Stephen King, el hombre es bondad, inteligencia, identidad individual, el Partenón y Miguel Ángel... pero también maldad inmotivada, crueldad contra el que es diferente, turba, Auschwitz y Pinochet.

Stephen King es un excelente narrador, no cabe duda. Pero asusta comprender que no ha inventado nada y que para escribir sus novelas de terror sólo necesita abrir dos ventanas: la de su habitación para contemplar el cruel mundo exterior, y la de su alma, para asomarse con prudencia al voraz palpitar de nuestra esencia asesina.